Ximena Llamín

Inche Ximena Llamín Hueichán pingen, tengo 45 años, mi tuwun es de dos sectores territoriales; en Galvarino, Temuco y San Juan de la costa Osorno.

Mi linaje o küpalme que me acompañan en mi vida e identidad personal son Llamín que podría traducirse como persona de respeto y Hueichán luchador o guerrero.
Desde muy pequeña he trabajado por mi comunidad para sensibilizar y tomar conciencia de nuestra identidad, de que somos mapuche viviendo en la warria y que nos importa y motiva poder apoyar distintas acciones que son culturales y de nuestra tradición.
Soy educadora tradicional Mapuche kümelfe que ha sido un rol en forma heredada por mi laku, abuelo paterno Segundo Llamín Canulaf, y materno por mi tío Lautaro y tía Hilda Hueichán.

María Caucao Moyano, Iyaelfe

“Pienso que todo es integral, ya que no se puede separar la comida de la salud, la educación o la espiritualidad”
Inche María Caucao Moyano Pingen, tengo 68 años, mi tierra se encuentra en el antiguamente llamado Fundo Quirilawen en Rahue, Osorno, Región de Los Lagos. Desde pequeña me interesé por la cocina. Miraba a mamá y a mi abuela cuando preparaban diferentes alimentos, como el katuto, la harina tostada, el muday, las mermeladas, y otros alimentos de la tierra como ellas decían.

Reportaje Celeste Painepán Nicul, Retrafe

Celeste es una Retrafe, o mujer platera Mapuche que hace joyas con simbología. Y mientras el café avanza, ella nos relata sobre sus saberes. “Soy una semilla traída del Wallmapu, de una familia criada a orillas del fogón, la menor de tres hermanos, aprendí el oficio por mi hermano mayor Mariano Painepan, él ha sido desde siempre mi maestro.
Desde niña lo vi dibujar, con sus alicates, alambres; él aprendió de los antiguos, chachay mayores, hasta que se hizo platero, con el conocimiento y técnica”, recuerda mientras visitamos los rincones de su taller.

Duamtu Nieimu Tami Lof lamngen María Millanao Ñancupil

La lamngen María Millanao Ñancupil, proveniente de la reducción Cheuquelaf de la comuna de Galvarino en la IX región, fue una de las socias fundadoras de nuestra Comunidad Trepeiñ, nos legó su compromiso profundo por las personas mayores, una vida vinculada al servicio comunitario y el respeto genuino por nuestra historia Mapuche. La despedimos físicamente un día 15 de abril de 2021, luego de una avanzada enfermedad.

En esta edición la recordamos por las semillas sembradas en años difíciles de honrar nuestros orígenes indígenas en la capital. Reconocemos en sus historias el newen o la energía movilizadora de vida, que nos alegró el corazón con sus memorias en el libro “Mapudungun epew, piam ka konew” (2010), como un soplo de esperanza para quienes han enfrentado la ausencia del padre desde la niñez y en el transcurso de su vida; pero con la valentía de una madre que tiene que dejar a sus cuatro hijos e hijas al cuidado de diferentes familias, para atravesar cientos de kilómetros para educar y cuidar a los hijos de otras familias.
Su espíritu sereno y generoso conviven en nuestra comunidad hasta los días de hoy.
Rangiñ Ñukemapu amuaymi Küme amuñmuaymi, kelluaymi tami lof. Hacia la madre tierra te irás, Qué te vaya muy bien lamngen María Millanao y cuida a tu comunidad.

Extracto de sus memorias:

“Viajamos a Santiago en tren, todo era tan extraño para mí mientras el tren avanzaba tan rápido yo veía que los postes de la luz y los árboles caían, sólo era mi imaginación, los ojos se me iban por la velocidad del tren.
Llegamos a Santiago, después mi mamá me llevó a una feria, donde había un cerro de naranjas que las encontré tan bonitas y fragantes. Mi mamá me compró no sé cuantas y yo le di un mordisco a una y la encontré tan amarga y mala, es que yo no sabía que antes tenía que sacarle la cáscara. Fue mi primera anécdota en la ciudad.”

El derecho desde la visión de mi pueblo

Mari mari pu lamngen, mi nombre es Sara Pairican González. He aprendido que debemos decir nuestros dos apellidos porque venimos de madre y padre; en la cultura Mapuche siempre hay una dualidad. Estudié Derecho en la Universidad Católica de Chile, donde pasé años aprendiendo sobre derechos humanos, leyes y justicia. Sin embargo, cuando solicité ayuda a mi comunidad para postular a una beca de magíster, comencé a aprender reflexivamente. Desde entonces, participo activamente en mi comunidad, he aprendido a saludar, a despedirme en mapudungun, he conocido el Rewe y he asistido al Wiñol Tripantü.
He aprendido muchas cosas que nunca me enseñaron en la universidad, cosas que me han permitido ver el mundo desde una nueva perspectiva.
Durante el magíster, tomé un curso de derecho indígena, en el que profundizamos sobre el tratamiento que el derecho winka —es decir, el derecho chileno— da al territorio y sobre cómo espera que sea la justicia. Era la única persona de un pueblo originario en la clase. Aprendí que, según el convenio 169 de la OIT, el Estado tiene el deber de promover el desarrollo de los pueblos indígenas, de respetar el valor ancestral que estos le dan a sus tierras y, en lo posible, de honrar las formas en que estos pueblos sancionan a un infractor, siempre que se respeten los derechos humanos. Estoy convencida de que la cosmovisión y la conexión de los pueblos originarios con la tierra pueden ser clave para combatir la destrucción del medio ambiente.

Margarita Millanao

Soy Margarita Millanao Ñancupil, tengo 82 años, vengo de la comunidad de Huircaleo, entre Temuco y Galvarino, Región de La Araucanía.

Me vine a los 17 años a la ciudad, buscando una mejor vida. Acá en Santiago me sentía lejos de mis costumbres, de mi entorno y pensaba que necesitaba juntarme con personas como yo, Mapuche. Personas que hablaran mapudungun, como recuerdo lo hacía mi abuelo.
Un día, mi hermana me contó que había una organización Mapuche y me interesé de inmediato por ir, sentía que ahí iba a aprender y asi fue. Me sentí bien, comencé de a poco a ponerme mi vestimenta, a participar, a rescatar mi idioma, las tradiciones y hasta el día de hoy soy parte.
Siempre me gustó tejer, distintas cosas, aprendí mirando a los demás, viendo otros tejidos de lana natural, de oveja, que veía en las personas, en los bebés y añoraba poder hacerle a mis hijas e hijos; tengo 4, dos mujeres y dos hombres.

El Milkao

El milkao es un alimento de la zona Mapuche Huilliche (Valdivia, Osorno, Chiloé), se prepara en base a papa rallada: cruda y cocida, de variedades fritas y al vapor. Se acompaña en curanto huilliche o pullmay.

Ingredientes:

  • 2 k de papas
  • Sal
  • Aceite

Preparación:

  1. Pelar los dos kilos de papas.
  2. Cocer 1 k. de papas durante 20 minutos aprox. y moler con un tenedor.
  3. Y rallar el otro kilo de papas crudas con un rallador fino.
  4. Verter la ralladura en un paño muy limpio y estrujar vigorosamente hasta quitar todo el líquido.
  5. Unir ambos procesos de las papas: cocidas y ralladas sin nada de líquido, agregando sal a gusto y amasar hasta que quede compacta.
  6. Separar en pequeñas porciones, aplastando con las manos y formando círculos tipo bocados.
  7. Freir en aceite caliente por 3 minutos aprox. (dándoles vuelta)
  8. Se retira del aceite y se recomienda retirar el exceso de aceite con toalla de papel.
  9. Opcional: Untar con diferentes pastas a gusto.

Nelly Hueichán

Es primavera en Santiago. Las nubes tímidas danzan sobre el Centro Ceremonial de Pueblos Originarios de Peñalolén. Un espacio sagrado en las faldas de la precordillera en plena ciudad. Nelly Hueichán Ancalef (65), de pie frente al rewe (altar), realiza una rogativa para purificar el lawen o hierbas que ha seleccionado específicamente.

Nelly es Lawentuchefe, conocedora de las hierbas medicinales y tratamiento ancestrales. Llegó a Santiago hace más de 48 años, proveniente de su querida Comunidad Mapuche Wuilliche de San Juan de la Costa en Osorno. Actualmente, atiende a pacientes en Centros de Salud de Lo Hermida y lidera la Organización Indígena Trepeiñ Pu Lamngen.

“Mi madre, Elafira Ancalef Ailef, era Lawentuchefe. Fui la menor de 8 hermanos y como la hija más pequeña me tocó acompañar muchas veces a mi mamá a atender pacientes, a buscar el lawen (las hierbas medicinales), a preparar el remedio, ayudar a mi madre, a bajar desde los árboles si era necesario. O buscarlas en el estero, o en el río. Así fui aprendiendo, escuchando sus ngülam (consejos); que las hierbas tienen poderes de sanación, que nos entregan newen (energías) según donde crezcan, que todo en la vida está relacionado.
Aprendí que cuando algo falla el cuerpo avisa, pide reposo para renovarse, que para fortalecernos somos capaces de tener nuestra propia forma de medicina, porque vengo de una comunidad rural donde nosotros no tomamos químicos, nuestros remedios están en el entorno. Así es como nuestro pueblo busca la salud, el küme mongen (buena salud)”, narra, mientras prepara hierbas en la Ruka del Centro Ceremonial de Peñalolén.

Nelly también es una reconocida dirigente Mapuche. De hecho, fue fundamental en la creación de la Oficina de Pueblos Originarios de Peñalolén y en la lucha por construir el primer Centro Ceremonial de Pueblos Originarios de la Región Metropolitana. Un camino como dirigenta y de vida que no fue fácil. Y al rememorar no guarda su emoción.

Programa de Salud Intercultural

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Aukatun ¡A jugar!

El juego es la actividad natural durante la niñez y su principio es la diversión, involucra al pichikeche o niña y niño en su totalidad –en sus aspectos físicos, cognitivos y emocionales– puesto que el juego es la herramienta innata que utiliza para investigar y descubrir.

El juego se considera primordial para el crecimiento humano, donde niñas y niños desarrollan su potencial: descubren, inventan, imaginan, simulan, toman acuerdos, comparten valores, deciden, actúan y crecen.

El Aukatun o juego en la Cultura Mapuche tiene un importante sentido formativo y educativo, pues fortalece el aprendizaje y el desarrollo de la persona desde que nace. Asimismo, se visualiza como un instrumento que permite la recreación y adquisición de conocimientos socioculturales básicos que preparan a los pichikeche para la vida.

La serie audiovisual Aukatun y los materiales educativos con foco intercultural, nos sumergen con fuerza en la cosmovisión y Cultura Mapuche a través de historias sencillas narradas desde sus protagonistas: Pangui ka Ngüru, el puma y el zorro, que están inspirados en los epew o cuentos Mapuche que nos contaban nuestras abuelas y abuelos para comprender y relacionarnos con el mundo desde los principios tradicionales como: el respeto, la amistad y el valor de vivir en comunidad.

El lenguaje de los relatos en esta propuesta educativa es una invitación a conectar con nuestros orígenes, a reconocer que somos parte integrante de la naturaleza y todos los elementos están conectados.

La orientación del material se centra en los saberes a través del Aukatun o juego para el desarrollo integral de la niñez, que contiene toda la fuerza del aprendizaje, como: la exploración, imaginación, indagación, entre otros, fortaleciendo – con ello – las prácticas educativas con foco intercultural al interior y fuera del aula y la disponibilidad de material con pertinencia intercultural para los procesos de estimulación temprana de niñas y niños en diversos ámbitos educativos y familiares.